Menos del 3% de huellas de carbono inscritas en MITECO cumplen con los tres pasos necesarios en la búsqueda de su reducción real: “cálculo, reducción y compensación”.
Aproximadamente, 2.500 organizaciones españolas ya han calculado su huella de carbono y se encuentran registradas en el Ministerio para la Transición Ecológica. Este dato podría traducirse en compromiso con el medioambiente. Sin embargo, no es del todo así. El registro de la huella no termina en el cálculo, sino que debe venir acompañado de la reducción y compensación del mismo. Y esto último, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), menos del 3% de huellas de carbono inscritas lo cumplen.

Antes de nada, recordaremos a qué nos referimos cuando mencionamos el concepto: “huella de carbono”. Se trata del total de gases de efecto invernadero (CO2 principalmente) que emite una organización, ya sea de forma directa o indirecta. Es decir, la huella de carbono será la suma de gases contaminantes que una empresa exhala durante su actividad. Entonces, ¿una empresa comprometida con el medio deberá reducir su huella? Evidentemente. No obstante, no es un proceso rápido, requeriremos tiempo y puesta en acción; no podemos planificar estrategias de reducción sin antes saber de qué punto partimos.
El primer paso de todos será calcular la huella de carbono de nuestra empresa, algo en lo que acompañantes como Innova XXI Consultoría podríamos ayudarte: acumulación de datos, cálculos, definición de estrategias y, por supuesto, obtención del reconocimiento correspondiente emitido por MITECO.
En segundo lugar, la reducción: elemento clave para las empresas y, por supuesto para el planeta. Sin embargo, es aquí donde encontramos el problema. Las organizaciones, una vez calculadas sus huellas de carbono, realizan inversiones con un fin compensativo. Es decir, invertir dinero en proyectos ecológicos, como la plantación de árboles, para así contrarrestar sus emisiones de gases. Y, ¿es esto negativo? Por supuesto que no. De hecho, la compensación será el siguiente paso, pero no la solución definitiva.
Para que la huella de carbono sea verificada en su camino contra el cambio climático, el CO2, entre otros, deberá ser: calculado, reducido y compensado. Las empresas tendrán que disminuir sus emisiones de gases de efecto invernadero y el consumo de carbono fósil conforme pasen los años. Se trata de un paso esencial en este proceso y es por ello por lo que la situación pasa a ser preocupante, porque, en la mayoría, no se está cumpliendo. Y es que, como ya hemos mencionado anteriormente, solo el 3% de inscripciones que se comprometieron con esta lucha, y calcularon su huella de carbono, cumplen también con los dos siguientes pasos.
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